Hoy en día es indiscutible que a la hora de vender un determinado producto, es imprescindible saber trasmitir a parte de unas características muy específicas, otros aspectos no menos importantes que atraigan al posible comprador. Dentro de estos, es el diseño uno de los pilares fundamentales en los que se basan las grandes empresas, para dar un valor añadido a sus productos y de este modo destacar frente a posibles competidores del mismo sector.
Cada año las empresas punteras de todos los sectores y ámbitos comerciales, invierten miles de millones en desarrollar unos diseños atractivos, funcionales y que cubran la mayoría de las demandas de los compradores. Es por ello que cada año se demanda una gran cantidad de profesionales especializados por ejemplo en estudios de grado de ingeniería industrial o del sector de diseño industrial en general, el cual en los últimos años ha vivido un repunte importante.
Productos como el iPhone, son presentados como iconos a seguir por las mismas empresas del sector. Es tal su carisma de producto tecnológico puntero, que las novedades que se presenta Apple cada año tanto en el diseño de sus productos como el de sus sistemas operativos, son copiadas e interpretadas por otras compañías del sector, las cuales reconocen la hegemonía tanto en diseño como en funcionalidad que esta empresa representa.
Es bien sabido que en estos días, un producto que cuente con un excelente calidad de materiales, una sobresaliente campaña de marketing y unos añadidos de gran valor como un diseño puntero y marcador de tendencias, tendrá mayores posibilidades que otros de su mismo nicho comercial que aunque presenten unos precios más competitivos , no garantizan que los posibles compradores se decidan por estos últimos.
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